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EVD: Una tormenta de arena

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El 18 de Noviembre del 2003 se publicó una noticia que agitó el mercado: China proponía un formato de alta definición que superaba en aplicaciones y prestaciones al formato DVD.

Texto: Ramon Sendra

El 18 de Noviembre del 2003 se publicó una noticia que agitó el mercado: China proponía un formato de alta definición que superaba en aplicaciones y prestaciones al formato DVD. En plena discusión sobre qué formatos de alta definición debían suceder al DVD, China daba a conocer una solución sobre el papel muy coherente y con dos ventajas importantes: retrocompatibilidad absoluta y precio muy asequible.

A este nuevo formato lo bautizaron como Enhanced Versatile Disc (EVD, disco versátil mejorado), y entre sus características encontramos la capacidad de poder visualizar imágenes en resolución de 1.920x1080i, sonido digital multicanal, 230 dólares por reproductor y la promesa de que en breve habrían más de 1.000 títulos en EVD. China actualmente fabrica el 70% de los reproductores de DVD-Vídeo comercializados en Europa, y ya en su momento nos preguntamos: ¿será el EVD un estándar mundial?

Después de medio año ya podemos estudiar la incidencia del EVD en el mercado, sus planes de futuro y la aceptación por parte de los usuarios. Como veremos, todo apunta a que fue sólo una tormenta de arena.

El “invento” fue presentado por E-World Technology, una entidad corporativa del gobierno chino afincada en Beijing (la anteriormente conocida como Pekín), entre cuyos asociados encontramos empresas como SVA, Shinco, Xiaxin, Yuxing, Skyworth, Nintaus, Malata, Changhong o BBK.

El EVD no es un formato que haya aparecido de la nada. De hecho, E-World lleva trabajando en una alternativa al formato DVD desde 1.999. Pero, ¿por qué buscar esa alternativa?

Como ya hemos avanzado, China es el mayor fabricante de reproductores del mundo, y como ejemplo sorprende que el 70% de los reproductores comercializados en nuestro continente provengan de ese país (incluyendo tanto productos de gama baja como de muy alta). Pero como todos los fabricantes de reproductores, cada vez que fabrican uno deben abonar una cantidad entre 20 y 30 dólares a los “dueños” del formato, básicamente a Philips, Sony, JVC y Matsushita (Panasonic). Fíjense que, a excepción de Philips, todos los fabricantes son japoneses, algo que ya molesta a la comunidad china. Este impuesto supone una importante salida de capital del país, dinero que muchos querrían mantener en sus arcas. Qué mejor solución que desarrollar su propio formato y evitar el pago de dichos impuestos.

Pequeño inciso que invita a la reflexión: si un reproductor en nuestro país vale apenas 80 euros, y le descontamos el coste que supone transportarlo de China a la tienda española, el supuesto beneficio que gana el fabricante, los 20-30 dólares de royalties por su compatibilidad con discos DVD-Vídeo y los pertenecientes a los formatos Dolby Digital y DTS, ¿qué inversión final queda para toda la electrónica (mecánica de lectura, cabeza lectora, descodificadores, previos analógicos, etc.)?



Mejoremos el DVD



Este subtítulo seguramente resume el objetivo planteado para que además de poder evitar el pago de dichos royalties, el EVD fuera atractivo: no podía ser una copia del estándar DVD-Video, debía añadir un extra interesante.

Por lo pronto, lo más interesante es que el formato fuese capaz de manejar señales de alta definición, paso imperativo a corto y medio plazo. Pero también tuvieron en cuenta que el usuario seguramente no querría en su salón diferentes reproductores, por lo que se hacía necesario que un reproductor EVD fuera retrocompatible con todos los soportes estandarizados: DVD-Video, Audio-CD, CD-R/RW, Video-CD, SVCD, etc., incluyendo el MP3 y JPEG. También lo consiguieron. De hecho, las especificaciones EVD obligan a esta alta compatibilidad, sin la necesidad de colocar el logo DVD correspondiente (es decir, sin tener que pagar los 20-30 dólares necesarios). Por cierto, quien quiera fabricar un reproductor EVD deberá igualmente abonar un “impuesto”, aunque casi insignificante: 2 dólares.



Alternativa al Dolby DIGITAL y DTS



Puestos a evitar pagos innecesarios, los propulsores del EVD incluso eliminaron la necesidad de tener que recurrir a los estándares de audio multicanal digital más populares (e igualmente caros).

Un disco EVD utiliza el sistema de codificación VP5 y VP6 desarrollado por On2 Technologies, curiosamente una empresa californiana. El VP6 se presenta como un sistema de codificación de vídeo más eficiente que el conocido MPEG-2, en cuanto que permite una relación de compresión mayor sin pérdidas apta para el vídeo en alta resolución. La resolución de vídeo puede alcanzar los 1.920x1.080i (o 1.280x720p). El VP6 no es un sistema desconocido, ya que por ejemplo, es utilizado por la BBC.

En cuanto al audio se recurrió a las soluciones de Coding Technologies, más concretamente a la segunda versión de su EAC, que soporta sonido monoaural, estéreo y envolvente en una configuración en 5.1 canales.

Para más fiabilidad, durante el desarrollo de los primeros prototipos, E-World Technology se puso en contacto con otro gigante de la electrónica: LSI Logic. Esta empresa aportó el algoritmo de codificación PerfectView, que pertenece a su arquitectura DoMiNo.

Quede como dato curioso, pero no menospreciable, que el EVD funciona con el láser rojo tradicional, en vez del láser violeta/azul de los formatos Blu-Ray o AOD, destinados a ser aprobados por el Forum DVD como soportes y tecnologías para la alta definición.

Un reproductor EVD es capaz de entregar vídeo en alta resolución (tanto para visualizadores PAL como NTSC), disfruta de desentrelazadores con compensación del movimiento y convertidores de HD a SD (definición estándar). Todo ello configurable mediante menús en pantalla interactivos y de alta resolución. Incluso hay soluciones que permiten visualizar imágenes JPEG en alta resolución junto con sonido codificado en EAC (estéreo o multicanal).



EVD: ¿dónde está hoy?



En el CES Las Vegas del pasado enero, LSI mostró todo el potencial de este formato en su caseta. Pero la noticia pasó desapercibida. En esas mismas fechas, responsables del formato afirmaban que sólo se habían vendido pocas decenas de reproductores, aún conociendo que el precio de venta (230 dólares) era la mitad de un reproductor de DVD-Video convencional. ¿Dónde está el problema?

Aunque en noviembre especulaban con la pronta introducción de hasta 1.000 títulos cinematográficos, en la actualidad esta lista se queda en el nivel anecdótico. Los intereses de los grandes gigantes de la electrónica de consumo son suficientes como para evitar que la también potente industria cinematográfica, Hollywood, no muestre el interés necesario. No hay software. Aún su retrocompatibilidad, el DVD-Video sigue siendo el formato más estandarizado, a la espera de que la industria más importante adopte el que debe ser el nuevo estándar de alta definición. Toda propuesta alternativa seguramente no será contemplada por los gigantes, quienes además parece ser que tienen la sartén por el mango.



La fluorita y el FVD



No siempre el mejor formato se convierte en estándar (¿recordáis la historia entre el Beta2000 y el VHS?).

A finales de los 90, una empresa rusa emergente presentó el FMD, un disco óptico basado en tecnología fluorescente que con un tamaño idéntico al CD o DVD era capaz de almacenar hasta 1 Terabyte de información. Espacio suficiente para colocar toda la saga de la Guerra de las Galaxias en alta definición y sonido envolvente sin comprimir, junto con sus extras y multitud de cosas más.

Durante una temporada pareció que el formato podría convertirse en una apetecible solución, pero cayó en el olvido más absoluto.

Otro país fabricante asiático es Taiwan, quien también presentó su propio formato de vídeo en alta definición retrocompatible con los actuales soportes audiovisuales. Lo bautizaron como FVD (Finalized Versatile Disc), con unas características muy similares al EVD chino. La diferencia principal es que este formato fue presentado (y rechazado) al Forum DVD.

El FVD fue pensado principalmente para uso exclusivo doméstico. Es un desarrollo de los Optoelectronics and Systems Laboratories del ITRI (Industrial Technology Research Institute, con participación del gobierno de Taiwan), con la colaboración de la Advanced Optical Storage Association, que agrupa hasta 29 empresas del país.

El FVD se presenta en dos versiones: una de capa y cara única que es capaz de almacenar hasta 6 GB de datos; y la segunda de doble capa y cara con una capacidad de hasta 11 GB (la versión de simple cara del Blu-Ray llega a los 25 GB). Al igual que el EVD, utiliza el laser rojo. Esta presentación, publicada hace pocos meses, también ha pasado al cajón de los olvidos.

 

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