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Televisión y ecología

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En este artículo vamos a repasar las principales propuestas para hacer que nuestro visualizador colabore con el medio ambiente, sin perder ni un ápice de calidad.

Texto: Fernando de la Fuente

De un tiempo a esta parte la concienciación por el medio ambiente ha crecido de forma espectacular. ¿Los motivos? El cambio climático, el efecto invernadero, la desaparición del casquete polar, las catástrofes naturales… y rápidamente fabricantes y consumidores nos ponemos a pensar en cómo podemos colaborar para mejorar nuestro entorno. En este artículo vamos a repasar las principales propuestas (o apuestas, que también las hay) para hacer que nuestro equipo A/V o, más concretamente, nuestro visualizador, colabore con el medio ambiente, sin perder ni un ápice de calidad.



NORMATIVA

Actualmente en España los distintivos y certificaciones de productos ecológicos están transferidos a la Unión Europea, que es la que adopta una legislación común para todos los países de la Unión. Esta normativa establece los distintos parámetros para la obtención de la Ecolabel, teniendo en cuenta que ésta tiene un carácter voluntario, es decir, hay determinados fabricantes que, aun cumpliendo los requisitos, pueden no estar interesados en que aparezca reflejada en su etiquetado. En mi opinión, el motivo es que dentro del sector A/V hay aficionados que aún vinculan ecología con pérdida de calidad, y eso repercute directamente en el ánimo del fabricante al incluir este tipo de etiquetas.



ECOLABEL

La Etiqueta Ecológica Europea (Ecolabel), también conocida como “la flor”, es un esquema de ecoetiqueta, que sólo pueden cumplir, según cuota de la UE, el 30% de los productos de cada categoría de mercado (PCs, frigoríficos, lavadoras o, como es nuestro caso, televisores). Hasta ahora se ha concedido sólo a unas 300 compañías por unos 2.000 productos.

Esta etiqueta nos garantiza que nuestro televisor:

Genera un consumo de energía reducido (inferior a 1 vatio), tanto encendido como en standby.

Presenta una cantidad reducida de sustancias nocivas para la salud y el medio ambiente (en el caso de televisores, nos referimos fundamentalmente al plomo).

Posee un diseño que incrementa su durabilidad y capacidad de reciclaje.

Es objeto de una política de recuperación que permite reducir la producción de residuos sólidos.

Contiene instrucciones para una utilización respetuosa del medio ambiente.

Por otra parte, Energy Star es un distintivo similar al europeo Ecolabel, pero de aplicación a la normativa estadounidense que, en cualquier caso, puede aparecer en productos que llegan a los consumidores europeos y que también podemos tener en cuenta, si bien de momento, y dentro del ámbito de la UE, está limitada a equipos informáticos. Está prevista su implantación en todos los dispositivos electrónicos, pero aún no se ha hecho pública la fecha.



CONSUMO ENERGÉTICO

Ésta es una preocupación reciente.Aunque no podemos considerar el consumo de un visualizador (ya sea plasma o LCD/TFT) como alto en comparación con otros dispositivos electrónicos, sí que hay diferencias sustanciales que conviene tener en consideración, y que van desde el standby, en el que varios fabricantes garantizan un consumo inferior a 1 vatio, hasta la adaptación del visualizador al entorno en función de la iluminación, tal y como hace el Luma Sens desarrollado por Toshiba o la retroiluminación del Philips EcoFlat, del que hablaremos más adelante. Por otro lado, algunos fabricantes como Panasonic acreditan que sus televisores de plasma han reducido su consumo en un 50% en los últimos dos años. También Sony ha anunciado una drástica reducción del consumo en sus LCDs de la serie Bravia, en los que garantiza una diferencia del 50% respecto a la tecnología CRT.



SE ACABÓ EL PLOMO

La directiva 2002/95/CE de Restricción de Sustancias Peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos, (RoHS, del inglés “Restriction of Hazardous Substances”), fue adoptada en febrero de 2003 por la Unión Europea. La directiva RoHS entró en vigor el 1 de julio de 2006. Restringe el uso de seis materiales peligrosos en la fabricación de varios tipos de equipos eléctricos y electrónicos. Está directamente vinculada con la directiva de Residuos de Equipos Eléctricos y Electrónicos (WEEE, por sus siglas en Inglés).

En España, ambas directivas han sido trasladadas al mismo Real Decreto, el R.D. 208/2005. Sin embargo, la primera es una directiva de “mercado único”, es decir, se aplica a todos los estados miembros y debe implantarse de la misma manera en todos ellos, evitando de esta forma barreras burocráticas, mientras, que la segunda establece unos criterios mínimos que los estados miembros deben implementar en su legislación nacional, e incluso pueden sobrepasarlos.

A menudo se hace mención a RoHS como la directiva “libre de plomo”, pero restringe el uso de las siguientes seis sustancias: plomo, mercurio, cadmio, cromo VI (también conocido como cromo hexavalente), PBB (retardador de inflamabilidad) y PBDE (retardador de inflamabilidad).

Las concentraciones máximas fijadas mediante la enmienda 2005/618/CE son: 0,1% para plomo, mercurio, cromo VI, PBB y PBDE del peso en materiales homogéneos, y 0,01% en el caso del cadmio.

Esto significa que los límites no se aplican al peso del producto final, o al del componente, sino a cada sustancia que puede ser separada mecánicamente, como por ejemplo, el aislamiento de un cable o el estañado del terminal de un componente.

Al ser una normativa de obligado cumplimiento y, a diferencia de la Ecolabel, este dato no aparecerá reflejado en nuestro producto, ya que para poder llegar al público en general, ha tenido que pasar una serie de controles que acreditan su salida al mercado.

Hay fabricantes, por ejemplo Panasonic, que se han decantado por eliminar el plomo de sus pantallas de plasma de la serie Viera. Tradicionalmente, el cristal de óxido de plomo ha sido un componente clave en la fabricación de pantallas de plasma, ya que la presencia de este material en el cristal ayuda a mantener una producción y una calidad estables optimizando los puntos de ablandamiento de otros materiales.

En la erradicación de este componente hay que tener en cuenta un proceso de I+D para encontrar materiales menos contaminantes, pero que no reduzcan en modo alguno la calidad del resultado final. Paralelamente, se está trabajando en la elaboración de productos A/V con materiales alternativos, como unos altavoces de bambú recientemente creados por Panasonic. Ésta y otras iniciativas, no cabe duda, son un paso adelante en la aplicación de materiales biodegradables. Otros fabricantes han apostado por erradicar el mercurio y otros materiales peligrosos de sus productos, altamente contaminantes y difíciles de eliminar.



LOGÍSTICA Y EMBALAJE

Por su parte, otras firmas garantizan que los materiales empleados en el transporte y embalaje, así como en la carcasa de nuestro visualizador, tendrán un tratamiento ecológico y serán respetuosos con el medio ambiente.

Un caso de especial importancia es el del poliestireno, presente en la mayor parte de los visualizadores, especialmente en los embalajes, y susceptible de ser completamente reciclable si se siguen los procesos adecuados. Algunos fabricantes, como Sony, aseguran utilizar exclusivamente materiales reciclados en el embalaje de sus productos y en los manuales de sus televisores.



MODELOS PUNTEROS

El televisor Eco FlatTV de Philips ha sido galardonado en la Feria Internacional de Electrónica de Consumo 2008 (CES Las Vegas) con el premio global “Best in Show” (“Mejor de la Feria”), que forma parte de los premios “Best in CES” (“Lo Mejor del CES”) que concede la CNET.

El modelo 42PFL5603D es un LCD Full HD que ofrece una gran calidad de imagen al tiempo que reduce al mínimo el consumo de energía. Además, incorpora varias prestaciones que economizan en consumo, como una tecnología de atenuación gradual que reduce la retroiluminación del panel LCD con el fin de disminuir también el consumo de energía. El sistema integra un sensor luminoso que mide automáticamente la luz ambiental de la sala y ajusta la iluminación trasera del televisor para optimizar el consumo energético.



GESTIÓN DE RESIDUOS

Hay algunos ejemplos de tratamiento ecológico en el proceso de fabricación que nos parecen especialmente interesantes.

Uno de ellos lo protagoniza Panasonic, que ha incluido algunas iniciativas de concienciación sobre el medio ambiente en su proceso de fabricación. En la planta de Amagasaki, Japón, se ha mejorado el proceso de producción, dando como resultado una reducción del 48 % de las emisiones de CO2 en las pantallas de plasma. La planta en sí obtiene parte de su energía a partir de fuentes de energía natural, incluyendo turbinas eólicas y solares, al tiempo que utiliza agua de lluvia recogida para regar el césped. El muro exterior de la planta de Amagasaki también se ha revestido con material fotocatalítico para evitar la fuga de sustancias dañinas y, además, se controla todo el procedimiento de la eliminación de residuos.

Por otro lado y, desde el año 2005, Panasonic cuenta en Europa con una filial ecológica 100%, EcologyNet Europe (ENE), que actúa como proveedora de servicios de reciclaje para los fabricantes e importadores de equipos eléctricos y electrónicos.

Por su parte, Sharp abrió su segunda planta de producción en Kameyama, Japón. Es la primera fábrica de LCD de octava generación. Allí se fabrican los nuevos TV LCD Full HD AQUOS para el mercado global. Aproximadamente un tercio de la energía eléctrica necesaria para la producción se genera en plantas que combinan el calor y la energía y funcionan con gas natural. El calor que se pierde, se recupera y reutiliza en el aire acondicionado, para calentar agua y producir vapor. Uno de los sistemas de paneles fotovoltaicos más grandes del mundo respalda a la planta de cogeneración en la producción de la energía. Además, todo el agua residual del proceso de fabricación se recoge y se recicla mediante técnicas de purificación de agua.

En lo que se refiere a Sony, esta firma ha suscrito el acuerdo “Producto, proceso, planeta”. Dicha iniciativa de comunicación abarca todos los puntos clave relacionados con el consumidor, como una página web sobre ecología. “Sony tiene un intenso historial en iniciativas medioambientales en Europa, que van más allá del mero cumplimiento legal. Pero ahora es la primera vez que nos dirigimos directamente a los consumidores a través de diversos canales para mejorar la comunicación de valiosa información medioambiental”, afirmó Serge Foucher, vicepresidente ejecutivo de Sony Europa. “Esta iniciativa debería ayudar definitivamente al consumidor a tomar la decisión correcta en lo relativo a su propia contribución a la sostenibilidad a través de su compra”, añadió.



REDUCCIÓN DE CO2

La reducción de emisiones de dióxido de carbono es un objetivo común a todos los fabricantes que han establecido compromisos medioambientales en sus respectivas fábricas. Todos han presentado cifras, aunque porcentualmente se habla de una reducción de entre el 30% y el 50% en la emisión de CO2 o de gases que favorezcan el “efecto invernadero”, y la mayor parte se ha comprometido con un objetivo en la reducción de emisiones de gases para 2010.



OLED: EL FUTURO

La tecnología OLED (Organic Light-Emitting Diode), consiste es diodos que se basan en una capa ectroluminiscente formada por una película de componentes orgánicos que reaccionan a una determinada estimulación eléctrica, generando y emitiendo luz por sí mismos. Por ello, lógicamente, su aplicación el mundo de los visualizadores es inmediata.

Los televisores OLED tienen un impacto medioambiental extremadamente reducido debido a su delgadez, y potencial ahorro de energía de su panel, aunque aún no está plenamente desarrollado. Gracias a su matriz pasiva, garantizan un consumo inferior al plasma y LCD. Además, las OLED tienen tiempos de respuesta mucho más rápidos que el LCD, y también pueden conseguir negros puros, aparte de permitir que el televisor pueda verse desde cualquier ángulo. El problema está en su coste de fabricación, pero según recientes estudios, esto ya no sería un problema: investigadores alemanes de la Universidad Tecnlógica de Braunschweig (Technische Universität Braunschweig) ya están utilizando óxido de tungsteno como ánodo en sus visualizadores para crear aparatos mucho más eficientes. Y lo bueno es que su diseño requiere tan sólo dos capas orgánicas, al contrario que las OLED anteriores, que requerían varias capas. Así se logra un visualizador más delgado, flexible, eficaz y más barato de producir.

De modo que, con suerte, veremos dentro de poco pantallas OLED, más eficientes, con imágenes increíbles, y más baratas. Encontrar el equilibrio entre ecología y calidad es, sin duda, el desafío para los próximos años.